martes, 23 de noviembre de 2021

LA CONVIVENCIA Y LA DIGNIDAD


Durante mucho tiempo han existido ciudadanos con derechos y ciudadanos sin derechos. La desigualdad era aceptada. Había hombres libres y esclavos. Se discriminaba entre blancos y negros. Las mujeres tenían menos derechos que los hombres. Los niños no tenían derechos. 
Nuestra convivencia está basada en la igualdad
¿En qué sentido decimos que somos iguales, cuando sin duda somos tan diferentes? Somos iguales en la dignidad. Sólo por pertenecer a la especie humana admitimos que todos somos intrínsecamente valiosos. ¿Qué significa esto? Que con independencia de las competencias, la salud, las capacidades, debemos ser valorados y respetados. Es importante que los niños comprendan y asimilen esta idea, porque la dignidad es un valor fundamental que hay que defender y cuidar. Solo respetando la dignidad de cada uno podremos vivir justamente. 


Una persona es indigna cuando atenta contra la dignidad de las personas. Sea contra la dignidad de los demás o contra la suya propia. 
Hay dos formas de entender la igualdad. Cuando decimos despreciativamente "todos son iguales", estamos despreciándonos todos. Cuando decimos que en una democracia "todos somos iguales", no queremos expresar eso. Queremos decir que todos tenemos la misma dignidad que un rey. Todos somos nobles y debemos estar orgullosos de serlo. 
Hay que darse cuenta de que hay cosas que no podemos hacer porque ofenden nuestra propia dignidad y debemos indignarnos cuando vemos que alguien hace daño, humilla o es injusto con otras personas. 

Los derechos protegen nuestra dignidad. 
El derecho a la vida significa que la vida es valiosa y debe ser protegida. El derecho a la educación significa que la educación es importante. Cada uno de los derechos supone un deber para alguien.
Los deberes no son obligaciones arbitrarias que nos imponen. Son los medios necesarios para conseguir un fin. Si quiero mantener mi empleo, debo ir al trabajo. Si quiero que la pared que estoy construyendo no se caiga, debo hacerla bien. Si quiero que el pastel suba, debo poner la levadura necesaria. Si quiero que me respeten, debo respetar. Cumplimos deberes aunque algunas veces no tengamos ganas de hacerlos. 

Estamos intentado realizar un proyecto: construir un mundo mejor para todos. Esto exige que todos tengamos conciencia de nuestros derechos y también de nuestros deberes. 



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