A la hora de plantear un programa de lecto-escritura, no podemos olvidar los siguientes principios, que se basan en el modo de procesar la información de una persona con TEA y en los apoyos que necesita para aprender.
- Individualización: No existe ningún programa único para todos los niños con TEA. Dada su heterogeneidad, es necesario adaptar el programa a las características de cada niñ@, en función de sus gustos, habilidades...
- Situación de trabajo estructurada: La necesidad de estructuración y de sistematización de las unidades de enseñanza es algo básico para que el alumno con TEA pueda aprender. Por tanto, estructura y rutina serán los principios básicos necesarios para abordar la enseñanza de la lectura. El niño debe tener muy claro el sistema de trabajo, debe ser predecible y sencillo. Se debe planificar de forma cuidadosa cada sesión de enseñanza.
- Emplear métodos de aprendizaje sin error: Realización de una secuencia de acciones evitando que el alumno se equivoque, utilizando moldeamiento si es necesario.
- Dar funcionalidad a la lectura: En cualquier aprendizaje que nos planteemos en un alumno con TEA se debe promover la funcionalidad del mismo (en el caso de la lectura se debe dotar de sentido todo lo que se lee, sin caer en la pura mecánica "vacía" de la lectura de fonemas, sílabas o palabras).
- Ensayos repetidos y generalización: Asegurar que los pasos van siendo adquiridos, repetirlos en distintos días y generalizarlo a otras situaciones y entornos.
- Colaboración de la familia y otros entornos de trabajo del niñ@.
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