Siempre que se realiza una medición de cualquier magnitud se cometen errores. Estos errores pueden ser accidentales, debidos a la impericia del manipulador o a determinados factores que pueden afectar a la medida y que no se pueden controlar o pueden ser sistemáticos, debidos a defectos del aparato, al propio proceso de medida o a la sensibilidad del aparato. Los errores producidos por defectos de los apartaos se pueden corregir, si se conocen, pero la sensibilidad nos impone límites a lo que podemos medir con cada aparato; por ejemplo, con una regla de las que utilizamos normalmente podremos medir 18, 4 cm, pero nunca 18, 46 cm. Tendremos que decidirnos por 18, 4 cm o por 18, 5 cm y aceptar que la medida exacta, aunque no podamos conocerla, debe estar comprendida entre 18, 4 y 18, 5 cm.
Sensibilidad de un aparato es la mínima cantidad que podemos apreciar con él.
Cuando hacemos una medida es muy importante fijarse en la sensibilidad del aparato utilizado e indicarla al expresar el resultado.
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