El poder de la iglesia
En torno a la iglesia se condensa buena parte de la vida social y cultural de la Edad Media. El estamento eclesiástico contaba con gran número de miembros, pertenecientes al clero secular (sacerdotes) o regular (monjes), y poseía abundantes bienes y territorios. Ello convertía a las iglesias y monasterios en centros de influencia y de poder de primera magnitud en la Edad Media.
Durante buena parte de la Edad Media, la iglesia y el monasterio fueron el único foco de conservación y difusión de la cultura, con la creación de bibliotecas, escuelas y universidades. Frente a la rudeza de los nobles, los eclesiásticos, que sabían leer y conocían el latín, se ocuparon de salvaguardar y transmitir el saber antiguo. En esta época "clérigo" era sinónimo de hombre culto.
El saber y los libros
Frente a la épica, de transmisión oral, en el ámbito de la Iglesia surge una cultura escrita, que trata de conservar y transmitir el saber antiguo a través de los libros.
La elaboración de los libros era una tarea artesanal que exigía un trabajo minucioso; eso lo convertía en un bien preciado, al alcance de muy pocos. Por otra parte, la copia no siempre resultaba fiel al original, que estaba expuesto a inevitables alteraciones en cada nueva versión.
A partir del siglo XIII, se incorporan a esta tarea de creación y difusión de la cultura otros sectores laicos, estimulados y protegidos por los reyes y nobles. Así surge la Escuela de Traductores de Toledo (potenciada luego por Alfonso X el Sabio), que se afana por recopilar todos los saberes de la época y traducirlos al castellano.
La visión religiosa del arte y la literatura
La influencia de la Iglesia se dejó sentir en todos los órdenes: el amor y el temor a Dios impregna la vida cotidiana y da lugar a una visión religiosa del mundo y del arte.
La literatura se convierte en una medio para propagar las enseñanzas religiosas, dar ejemplos de moral y buenas costumbres y orientar el alma a la salvación. Ello trae como consecuencias:
- La abundancia de obras de tema religioso: libros de devoción mariana, vidas de santos, colecciones de milagros.
- La presencia reiterada de ciertos temas morales: la vida como tránsito fugaz hacia la eternidad (se compara con un valle de lágrimas, un camino, una romería, un río), el escaso valor de los bienes materiales, la preocupación por la muerte...
Narraciones cultas
La Iglesia también contribuyó a crear la cultura. A su servicio nacieron el arte románico y el gótico, y, en literatura, una escuela de poesía narrativa, de inspiración culta y temática preferentemente religiosa, que recibió el nombre de mester de clerecía. A ella pertenecen Gonzalo de Berceo (siglo XIII) y el Arcipreste de Hita (siglo XIV).
Al mismo tiempo, en torno a los círculos cultos de la corte, surge la prosa en lengua castellana: la prosa didáctica y científica, con el rey Alfonso X el Sabio (siglo XIII), quien recopiló el saber de su tiempo sobre historia, derecho, astronomía, etc.; y la prosa novelesca, con su sobrino don Juan Manuel (siglo XIV), nuestro primer escritor de cuentos.
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