El arte gótico se desarrolló en Europa durante los siglos XIII, XIV y XV, coincidiendo con el auge de las ciudades y el nacimiento de la burguesía. En este estilo se construyeron castillos, palacios y catedrales.
Las catedrales góticas son muy esbeltas, tienen muros delgados y altos en los que se abren grandes ventanales cubiertos con vidrieras coloreadas, que proporcionan mucha luminosidad en el interior.
La mayoría de las catedrales góticas están divididas en varias naves, con numerosas capillas.
La fachada exterior suele tener tres portadas. Encima de la puerta central se colocaba un rosetón (un gran ventanal circular), y a los lados se levantaban dos torres muy espeltas que solían terminar en agujas muy altas.
EL EXTERIOR
Los muros de las iglesias góticas eran más delgados y altos que los de las iglesias románicas. Los arbotantes contrarrestaban el empuje de las bóvedas.
EL INTERIOR
En la arquitectura gótica se utilizaron el arco apuntado y la bóveda de crucería, formada por el cruce de dos arcos apuntados.
LA ESCULTURA
La escultura se desarrolló principalmente en las portadas y en los retablos. Las esculturas eran realistas y expresivas, y estaban policromadas.
LA PINTURA
Las pinturas murales fueron sustituidas por vidrieras. La pintura se desarrolló principalmente en los retablos.
Catedral de Reims (Francia)
Arco apuntado
Parteluz de la catedral de León
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