Las algas son también un excelente alimento para los seres humanos. En algunos países asiáticos, como China y Japón, las algas se han venido empleando en la alimentación desde tiempo remotos. Y es que aportan a nuestro organismo una gran cantidad de energía.
La mayoría de las algas que se usan en la alimentación se cultivan haciéndolas crecer sobre cuerdas colocadas en el mar. Luego, una vez recolectadas, se ponen a secar en grandes hornos. En algunos lugares todavía es posible ver algas secándose al sol, extendidas en las rocas o colgadas en cuerdas junto a las casas.
Para muchas personas las algas tienen un sabor delicioso. Además, se pueden comer de muchas formas: crudas o cocinadas con diferentes ingredientes, como arroz, pescado, carne... ¡Hay infinitas posibilidades!
A veces, las algas se compran deshidratadas; en este caso, antes de consumirlas, hay que dejarlas en remojo hasta que vuelvan a alcanzar su tamaño real.
Las algas están presentes en muchos de los alimentos que consumimos a diario. Así, en algunas golosinas y en ciertos productos enlatados, se utilizan como conservante. Gracias a ellas, se pueden mantener en buen estado durante más tiempo. En otros alimentos, como por ejemplo los helados, las algas se utilizan como espesante; de esta manera se consiguen productos mucho más cremosos.
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