Cuando hablamos de los articuladores de la lengua de signos, seguro que rápidamente pensamos en las manos, pero la realidad es que se utilizan como articuladores, además de las manos, otras partes del cuerpo como son la cabeza, la cara y el tronco.
Los signos no son unidades holísticas imposibles de descomponer, sino que están formados por unidades más pequeñas llamadas parámetros formativos. Según los autores Scott K. Liddell y Robert E. Johnson, dentro de la estructura del signo encontramos unidades fonológicas que se combinan simultáneamente (a diferencia de las palabras) y otros que se combinan de manera secuencial. Nosotros, sin embargo, nos centraremos en cinco parámetros de acuerdo con la clasificación y la descripción que propone el profesor e investigador Josep Quer. Los cuatro primeros son los componentes manuales del signo y el último es el componente no manual.
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