Numerosos científicos en todo el mundo investigan sobre la alimentación y realizan experimentos para averiguar qué alimentos son más saludables.
Con los resultados de sus investigaciones escriben artículos en revistas científicas. Pero esos artículos son difíciles de entender. Emplean palabras como "polisacáridos complejos" o "ácidos grasos poliinsaturados". Así no hay quien se entere.
Afortunadamente, los expertos nos facilitan las cosas y reúnen la información de una manera fácil de entender. Por ejemplo, resumen mucho de lo que sabemos sobre la alimentación en forma de ruedas o pirámides. Se trata de unos dibujos en los que los tipos de alimentos más convenientes para nosotros son los que ocupan más espacio.
Con esas herramientas es más fácil alimentarse bien.
En la dieta mediterránea se emplea el aceite de oliva como fuente principal de grasa; se toman frutas, verduras, legumbres y hortalizas, ricas en vitaminas y fibra, y se consume pan y arroz, ricos en hidratos de carbono. Los alimentos ricos en proteínas son menos frecuentes. Destacan los pescados y las carnes blancas, de pollo y de conejo. En esta dieta se utilizan muchos productos frescos con elaboraciones sencillas. Algunos se toman crudos, como las verduras de las ensaladas o el gazpacho.
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