- El olfato
El olfato es el sentido que nos permite distinguir los olores.
La nariz es el órgano del sentido del olfato.
La nariz tiene dos huecos llamados orificios nasales. Estos conducen a las fosas nasales, que son dos cavidades internas separadas por el tabique nasal.
Las fosas nasales están protegidas por unos pelillos y una sustancia pegajosa llamada moco. Los pelillos y el moco retienen el polvo que entra con el aire que respiramos.
Captamos los olores gracias a la pituitaria, que recubre las fosas nasales.
La nariz también ayuda a la lengua a saborear los alimentos.
- El gusto
El gusto es el sentido que nos permite distinguir los sabores.
En la lengua está localizado el sentido del gusto.
La lengua está situada en la boca, y gracias a ella distinguimos los sabores cuando los alimentos se mezclan con la saliva. También nos ayuda a hablar.
- El tacto
El tacto es el sentido que nos permite percibir algunas cualidades de los objetos sin tener que verlos, olerlos, oírlos o probarlos.
Mediante el tacto, podemos saber si un objeto está frío o caliente, si es liso o rugoso.
El sentido del tacto está distribuido por todo el cuerpo, pero está localizado especialmente en las manos.
La piel de todo nuestro cuerpo es el órgano del sentido del tacto.
Las yemas de los dedos son distintas en cada persona. Eso se debe a unos surcos que tenemos en ellas, llamados huellas dactilares.
Las personas ciegas tienen muy desarrollado el sentido del tacto.
Para poder leer y escribir, utilizan un alfabeto en el que las letras se reconocen al tocarlas con las yemas de los dedos. Es el alfabeto Braille.
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