En su novela Viaje al centro de la Tierra, Julio Verne imaginó que bajo la superficie de la Tierra había una gigantesca caverna con un mar interior habitada por criaturas prehistóricas.
Los científicos han averiguado muchas cosas sobre el interior de la Tierra, aunque no ha sido fácil. Nuestro planeta es una esfera con más de 6.000 km radio. La mejor forma para saber cómo es por dentro seria hacer un agujero muy profundo y observar qué hay ahí abajo.
Sin embargo, esto es imposible. De hecho, el mayor agujero realizado hasta el momento no llega a los 13 km de profundidad y perforarlo llevó casi veinte años.
Dos formas de obtener información sobre el interior de la Tierra son analizar los materiales que expulsan los volcanes y "escuchar" los terremotos. Cuando se produce un terremoto, los científicos recogen las vibraciones en distintos lugares. Al comparar dichas vibraciones, son capaces de averiguar cómo es el interior de la Tierra.
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