IMPACTO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y LA CRISIS DE 1917
A pesar de la declaración de neutralidad en la I Guerra Mundial por parte de España debido sobre todo a la debilidad diplomática, económica y militar, la opinión pública se dividió en aliadófilos (españoles aliados) y germanófilos (potencias centrales apoyadas por españoles).
Los aliadófilos eran representantes de los sectores financieros, industriales e intelectuales que se identificaban con el liberalismo. Los germanófilos eran sobre todo militares, el clero, la aristocracia y los terratenientes seguidores del orden, la disciplina y el conservadurismo. A partir de 1915 España experimenta un gran crecimiento económico ya que suministró a los países en guerra.
Como aspecto negativo podemos mencionar el aumento del paro y el de los precios muy por encima de los salarios, la falta de alimento provocó una peligrosa tensión social. En 1917 los submarinos alemanes hundieron mercantes españoles que llevaban suministros a los aliados (Francia, Rusia, Reino Unido y EE. UU posteriormente). Ante esta situación se criticó duramente la inoperancia del gobierno y la corrupción de la oligarquía política. El gobierno respondió con detenciones y con la suspensión de derechos civiles.
Además estalló un enfrentamiento entre el gobierno y el ejército por el atraso técnico, la falta de medios y los bajos salarios, también porque el gobierno benefició más a los oficiales en Marruecos, con ascensos, no habiendo conseguido terminar la guerra. Por ello los oficiales peninsulares se unieron en las Juntas de Defensa (sindicatos) y dieron un ultimátum al gobierno para que aceptaran sus reivindicaciones profesiones y económicas.
El gobierno incapaz de crear orden dimitió.
En julio de 1917 estalla una crisis parlamentaria, la Liga, republicanos, socialistas y reformistas convocaron una Asamblea Nacional de parlamentarios para hacer una reforma política, pedían el cambio de gobierno y la convocatoria a Cortes Constituyentes. El principal acontecimiento de esta crisis fue la huelga general de 1917, organizada por sindicatos, seguida de los ferroviarios y de las principales ciudades del país (Madrid, Bilbao, Oviedo y Gijón).
La respuesta del gobierno fue durísima, sacaron las tropas a las calles hasta que se calmó la situación.
Las consecuencias de esta huelga fueron un centenar de muertos y miles de detenidos.
Las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones reformistas, además se agravó la crisis política, llegando Eduardo Dato a dimitir y formándose un gobierno de coalición.
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