La sobreexplotación es el resultado del aumento del consumo de agua para usos agrarios, urbanos e industriales. Este hecho ha impulsado la construcción de obras hidráulicas dirigidas a la captación masiva de agua o a su regularización (embalses, canalizaciones, trasvases, pozos). Dichas obras han modificado el cauce y el caudal de los ríos y han sobreexplotado los acuíferos, produciendo un descenso de su nivel.
La contaminación de las aguas proviene de la evacuación de los desechos producidos por el ser humano. Cuando el volumen en que se vierten es excesivo, impide la oxigenación y repurificación natural del agua. La contaminación se origina a partir de diversas actividades económicas humanas.
- La contaminación rural procede sobre todo de la limpieza de establos y cuadras y del uso inadecuado de fertilizantes e insecticidas químicos por parte de la agricultura. También la construcción de pozos negros para evacuar las aguas fecales puede contaminar las aguas subterráneas próximas.
- La contaminación industrial está causada por la expulsión de vertidos sin depurar a ríos y mares. Provoca la proliferación de algas tóxicas y de venenosos metales pesados que pueden acumularse en el tejido graso de los peces e integrarse en la cadena alimentaria, perjudicando de este modo al ser humano.
- La contaminación urbana se debe al vertido de aguas fecales sin depurar, que contienen bacterias y virus, y al vertido de fosfatos y nitratos presentes en los detergentes. Por otra parte, las basuras arrojadas a vertederos incontrolados son un grave problema, pues, al recibir el agua de lluvia, forman un líquido tóxico que puede filtrarse en el suelo y contaminar los acuíferos.
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