domingo, 20 de noviembre de 2016

LA ESCUELA Y LA CASA

COMUNICACIÓN ESCUELA - FAMILIA


  • La agenda escolar es un vehículo útil de comunicación con las familias. Además del uso por parte de los alumnos para anotar sus tareas, fechas destacadas, datos importantes..., el profesor puede utilizarla para comunicar información de interés a las familias. Del mismo modo, las familias pueden escribir alguna nota en la agenda de sus hijos para que se la muestre al profesor.
  • Recordatorio de tareas. Las familias deben saber que los niños tienen que ser cada vez más autónomos y estar pendientes de determinados aspectos relacionados con la organización de sus aprendizajes. No obstante, conviene mantener a las familias informadas de los aspectos más relevantes (fechas de exámenes, entregas de trabajos...). Pediremos colaboración a las familias para que realicen un seguimiento a sus hijos con el fin de asegurarse de que anotan de forma adecuada los datos más importantes de su rutina académica.
  • Aspectos generales. Es recomendable que la mayoría de la información que se dé en las reuniones de padres se comunique también a los alumnos. Conviene que los aspectos más importantes (normas de convivencia y criterios de calificación) se los demos por escrito, los trabajemos en clase, e incluso, les sugeriremos que los peguen en la agenda escolar.

EL ESTUDIO EN CASA

  • Rutina de trabajo. Es importante hacer ver a las familias que un buen estudiante es aquel que realiza las actividades con interés y que dedica un tiempo a repasar en casa los aspectos más destacados de lo trabajado en clase. Los alumnos tienen que ser conscientes de que conviene que cada día dediquen un tiempo al estudio de los contenidos trabajados.
  • Temporalización. Los alumnos comienzan a tener cierta habilidad para gestionar y planificar su tiempo, por lo que podemos ayudarles a organizar su estudio. Podemos hacer una estimación del horario que creemos que es adecuado que dediquen a las tareas para casa e informar de ello a las familias. No podemos olvidar que el peso fundamental le corresponde a la escuela. A esta edad, cincuenta minutos o una hora puede ser adecuado. Un niño no debe pasarse toda la tarde delante de los libros; hay tiempo para todo. Una buena opción es que las familias realicen la planificación con sus hijos y la dejen en un lugar visible (corcho de la habitación, agenda...). En cuanto a la secuencia de las actividades de estudio, hay que tener en cuenta que los minutos centrales se deben dedicar a las tareas que les resulten más complejas, utilizando los primeros y los últimos para aspectos que requieran menor atención (activación, lectura...).
  • El lugar de estudio. Conviene que los niños estudien siempre en el mismo lugar, en la medida de los posibles, alejado de ruidos y distracciones, y con la iluminación y temperatura adecuadas. Una mesa amplia y ordenada, con los materiales necesarios preparados desde el comienzo, también evitará distracciones.
  • La actitud. Para ayudar al niño a que tenga una actitud positiva, debemos transmitirle seguridad y ofrecerle ayuda para organizarse; que recuerde que si trabaja, va a mejorar, y que, si necesita ayuda (y solo si la necesita), puede solicitarla. Por otro lado, el modo en que los adultos nos enfrentemos a las tareas de nuestros hijos (de forma impositiva, rígida, colaborador, dependiente...) condicionará en gran medida la actitud de los niños.  

Resultado de imagen de actitud de los niños

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