En Música el Timbre es lo que el color en la pintura: el color del sonido.
El Timbre existe en el momento en que el oído humano es capaz de percibir las distintas frecuencias que conforman un sonido. Si oímos a dos o más personas durante un cierto tiempo, sabremos distinguirlas por su voz, sin necesidad de verlas. A esta diferencia auditiva que percibimos, la denominamos timbre.
Físicamente, el Timbre depende del grado de complejidad del movimiento vibratorio y se define como la cualidad que permite distinguir y diferenciar dos sonidos de igual altura e intensidad, cuando son emitidos por dos fuentes sonoras o instrumentos diferentes.
El timbre de un sonido musical depende de las intensidades relativas de los diferentes sonidos simples armónicos que lo componen.
Por otra parte, el timbre de los sonidos emitidos por los instrumentos músicos, depende en gran parte de su ataque o comienzo de la emisión de las notas y desvanecimiento de las mismas; es así que una grabación de piano (ataque brusco y desvanecimiento progresivo), reproducida en sentido inverso, da la impresión del acordeón (ataque progresivo, desvanecimiento brusco).
A. Copland, escribe: "En relación con el timbre, el auditor inteligente deberá tener dos objetivos principales:
- Aguzar su conciencia de los diversos instrumentos y de las diferentes características sonoras de éstos, y
- Adquirir una mejor percepción de los propósitos expresivos del compositor cuando usa algún instrumento o combinación de instrumentos."
Efectivamente, a la hora de la instrumentación, es preciso que el compositor elija el o los instrumentos que proporcionan una tímbrica y una extensión adecuada para la mejor expresividad de un determinado pasaje u obra.
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