Que los alumnos aprendan a leer correctamente es uno de los múltiples retos que la escuela debe afrontar. Quienes no logran ese aprendizaje se encuentran en una situación de profunda desventaja. Afortunadamente ya no podemos hablar de analfabetismo masivo como ocurría hace algunas décadas.
El problema se agrava cuando hablamos de analfabetos funcionales. Se trata en este caso de personas que pese a haber asistido a la escuela no pueden utilizar de forma autónoma la lectura y la escritura en las relaciones sociales ordinarias. Este tipo de analfabetismo crece regularmente en las sociedades occidentales.
La lectura es un objeto de conocimiento, un medio para la realización de aprendizajes y en último término nos permite comprender y aprender.
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