La última generación que puede estimarse dentro de este periodo de posguerra se da a conocer a través de la publicación de una antología de 1.970 seleccionada por el crítico literario José María Castellet bajo el título "Nueve novísimos poetas españoles", que reúne escritores nacidos entre 1.938 y 1.948, es decir, después dela guerra civil.
Entre estos nuevos poetas figuran los siguientes: Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Pedro Gimferrer, Guillermo Carnero, Leopoldo María Panero, Manuel Vázquez Montalbán.
A estos nombres deben añadirse algunos otros que a lo largo de los años setenta desarrollaron y profundizaron las tendencias de los anteriores: Luis Antonio de Villena, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas, Jenaro Talens, Antonio Sánchez Robayna, etc.
Los rasgos generacionales que unifican al grupo también se reconocen con facilidad:
- No han conocido la experiencia traumática de la guerra civil, lo que implica que sus consecuencias no les han afectado de lleno biográficamente, como a los grupos anteriores.
- Comienzan a escribir en una "sociedad de consumo", en un momento en que quedan atrás las penurias y los recuerdos de la inmediata posguerra, con lo que los temas de preocupación social, ética o política pierden su sentido.
- Representan una nueva sensibilidad, en cuya formación dominan los elementos de la "cultura de masas", sobre todo de origen estadounidense: la televisión, el cine americano con sus "estrellas (Bogart, Marilyn Monroe, etc); la música (discos de jazz, rock, folk...). Estas influencias configuran lo que se ha denominado una cultura "pop": estos poetas encuentran sus temas de inspiración en campos al margen de la literatura. Por eso sus poemas se llenan de referencias musicales (Bob Dylan, Rolling Stones, Jimi Hendrix, Pink Floyd...) o relacionadas con el mundo de la publicidad o el "cómic".
- Se sienten desvinculados de la tradición inmediata, de ahí que sus lecturas se dirijan hacia escritores europeos o norteamericanos, desconocidos hasta entonces en España. En especial, les atraen las vanguardias europeas de entreguerras, en las que buscan nuevas formas de expresión. Además, la curiosidad literaria motiva que estos jóvenes tengan un amplio conjunto de lecturas e influencias: simbolistas franceses (Mallarmé, Baudelarie), poetas surrealistas hispanoamericanos (Neruda), autores españoles del 27 como Cernuda, poetas angloamericanos contemporáneos (Pound, Eliot).
- Todas estas inquietudes dan lugar a lo que se ha llamado una mentalidad o tendencia "culturalista", cuya formación se basa en la mezcla de todo tipo de informaciones "culturales", pertenecientes tanto a la "alta cultura" como a la "cultura de masas". Estos poetas son los primeros españoles en viajar, en hacer "turismo cultural".
Los temas expresan tanto motivos personales, en continuidad con la generación anterior (infancia, familia, erotismo) como cuestiones del momento (guerra de Vietnam, conflictos raciales en Estados Unidos).
- Pero lo más característico de esta generación es el enfoque frívolo de todos los temas, el tono de provocación juvenil que tienen los poemas.
- Frente a la sociedad de consumo adoptan una actitud sarcástica, o la utilizan para quitar seriedad al mundo "normal" de sus mayores.
- En otros casos, la evasión de la realidad histórica se hace muy evidente a través de poemas que evocan, como en el Modernismo, unos ambientes refinados y exquisitos que tienen por centro de atención al propio arte (tendencia llamada "veneciana"); o bien el recuerdo de escritores en cuya memoria se escriben los poemas, adoptando la actitud romántica de rebeldía individualista e identificación, a veces irónica, con la figura del "genio".
- Por último, se ha desarrollado igualmente una fuerte corriente de reflexión sobre el lenguaje y el sentido de la poesía, que a menudo se relaciona con el tema de la incomunicación del individuo actual y la desconfianza ante las propias posibilidades de verbalizar los estados emocionales y las ideas.
En cuanto al estilo y el lenguaje, rechazan que la literatura deba someterse a problemas externos a ella misma: sea la sociedad o sean los conflictos personales.
- Esta posición anti-social y anti-intimista implica una vuelta a la idea de la "autonomía de la obra literaria", a la preocupación por los problemas puramente técnicos del poema.
- Los jóvenes buscan un nuevo formalismo, que encuentran en las modalidades de escritura vanguardista de la época de entreguerras: recuperación del surrealismo, ruptura de la expresión lógica, búsqueda del absurdo, incluso se practica de nuevo la poesía visual.
- En otra línea, los más entregados al culturalismo, vuelven a las posiciones esteticistas del Modernismo (uso de alejandrino y formas clásicas).
En resumen, la generación de los "novísimos" intenta llevar a cabo una recuperación de tendencias literarias muy variadas, lo que en ocasiones conduce directamente al "remake", a la copia o imitación de formas estéticas del pasado (barrocas, románticas, simbolistas o vanguardistas), libremente manipuladas por el nuevo afán de experimentación.
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