Egipto, gracias a su clima cálido y seco, ha conservado cuerpos enterrados hace miles de años. Pero a medida que se construían tumbas más complejas y el cadáver no estaba en contacto directo con la arena del desierto, se fue haciendo necesario un método para conservar el cuerpo. El natrón, una mezcla natural de bicarbonato sódico y sal, se encontraba cerca de los lagos del desierto y era la solución ideal para el desecado del cuerpo. La zona de El Kab y la del wadi Narun eran grandes productoras de natrón. Colocado el cuerpo en seco en esta mezcla durante 36 días, sólo quedaban después la piel y los huesos. Entonces se procedía a rellenar el interior con ropa, serrín, pimienta, cebollas y otras sustancias para darle una apariencia de vida.
LOS PERFUMES PARA EL DIFUNTO
Las sustancias utilizadas para perfumar el cadáver se guardaban en vasos de alabastro. En el recipiente se indicaba qué tipo de aceite contenía, ya que había partes del cuerpo que se ungían con aceites especiales.
Vaso canopo con tapa antromorfa
LA PROTECCIÓN DE LAS VÍSCERAS
El estómago, los intestinos, el hígado y los pulmones se guardaban en los vasos canopos. A partir de la dinastía XXI, estos órganos se vendaban y se colocaban dentro del cuerpo del difunto.
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